La ley de semillas es una tarea pendiente y clave en la generación de valor agregado, oportunidades y desarrollo dentro del sector agrario.
👉 ¿Pero por qué necesitamos una ley de semillas?
En primer lugar, las semillas son fundamentales como insumos en la incorporación de mejoras. Esa mejora posee un costo que debe ser reconocido por los beneficiados. La ley debe contener todos los cultivos y sistemas, protegiendo a la agricultura familiar.
La Bioeconomía exige también la reglamentación de enzimas, levaduras, moléculas y otros organismos. Considerando que hay una base científica y tecnológica adecuada, debe legislarse para eliminar factores subjetivos que hoy terminan siendo los más nocivos.
Argentina puede y debe ser relevante en estos temas.
👉 ¿Qué objetivos persigue una ley de semillas?
📌 Una ley nos permitiría garantizar el acceso de los pueblos originarios y la agricultura familiar a las nuevas tecnologías a través de un uso propio gratuito. Además de asegurar un mercado de semilla fiscalizada que permita a los productores acceder a semillas de calidad y a mejores servicios, mientras garantiza la libertad de las partes a elegir qué servicio contratar. Todo esto bajo mecanismos de control efectivos y eficientes (a nivel documental y de producto) por parte del Estado.
La productividad agrícola aumenta cuando los productores usan tecnologías y prácticas que resultan en una mayor producción con los recursos existentes. Esto se mide por la productividad total del factor (PTF) y nos permite ver los cambios en la eficiencia en que los insumos agrícolas (tierra, mano de obra, fertilizantes, alimentos, maquinaria y ganado) se transforman en productos (por ej. cultivos y ganados). Por lo tanto aumentará cuando la adopción generalizada de innovaciones y prácticas generen una mayor producción con la misma (o menor) cantidad de insumos, disminuyendo la huella ambiental.
Por lo tanto, además de hablarnos de productividad, la PTF nos permite tomar dimensión de qué tan eficientes y sostenibles somos a la hora de utilizar los recursos de tierra, agua y capital humano.
📌 Hasta la década de 1940, Argentina poseía los mismos y mejores rendimientos en maíz que los Estados Unidos. A partir de la incorporación de híbridos en el país norteamericano, la brecha alcanzó una relación de 1,5 respecto a nuestro país. ¿Qué es lo que sucede? Los avances tecnológicos que no se protegen, no llegan al país. ¿Qué implicancia tuvo esto? Miremos los números:
🌽 El atraso tecnológico que significó, por ejemplo, no sostener el 80% del rendimiento de Estados Unidos en maíz (a iguales superficies cultivadas), con un precio promedio de 230 usd/tn representa 358 millones de toneladas menos, lo que equivalen a más 82.000 millones de dólares menos. Considerando el precio actual del grano (323 usd/tn), son más de 115.600 millones de dólares.
🌾 En el caso del trigo, no sostener el 90% del rendimiento de Estados Unidos, con un precio promedio de 250 usd/tn representa 96 millones de toneladas menos, lo que equivale a 24.000 millones de dólares menos. Considerando el precio actual del grano (475 usd/tn), son más de 45.600 millones de dólares.
🌱 Para la soja, el diferencial de rendimiento con respecto a Brasil y Estados Unidos de más de 450 kg/ha, con un precio promedio de 350 usd/tn con 18 millones de hectáreas sembradas, equivale a 2.835 millones de dólares. Considerando el precio actual del grano (671 usd/tn), son más de 5.435 millones de dólares.
En noviembre de 2021, en el presupuesto 2022, a la Universidad de Buenos Aires se le asignaron 3.592 millones de pesos (el equivalente a aproximadamente 33 millones de dólares a cambio oficial).
⚠ “¡Pero esto perjudica a los productores y a los consumidores!”
👉 ❗ “¿Cuánto va a costar el pan de los argentinos?”
De acuerdo a un trabajo realizado por Fundación FADA, el grano de trigo representa un 13% del precio final del kg de pan (4% corresponde al molino, el 60% a la panadería y el 23% a impuestos).
De cada tonelada de trigo se extraen 760 kilos de harina, y por cada kilo de harina se logran 1,09 kilos de pan.
El valor del componente de genética en trigo (ya sea fiscalizada o extendida) es de unos 2,8 usd cada 100kg de semilla. Con una densidad promedio de 105 kg/ha, la inversión en genética por ha es de 3,99 usd (menos que un kilo de asado).
El rendimiento promedio nacional del trigo es de 3180 kg/ha vendidos a 190 usd/tn, lo que da un valor bruto de la producción de 604 usd/ha.
De ese valor bruto, la componente genética sería del 0,66%.
El 0,66% del 13% sería el 0,08% del valor del pan.
Considerando que el kilo de pan cuesta $ 270, y que el 0,08% corresponde al valor de la genética, por cada kilo de pan, la genética le cuesta al consumidor alrededor de $0,21.
👉 ❗ “¡Pero con esto sólo se benefician las grandes empresas!”
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) posee más de 1.000 variedades de semillas que corresponden a 130 especies. Tener una ley de semillas podría generar importantes ingresos para el INTA, mientras se fortalece el sistema científico nacional.
En nuestro país, sólo se reconoce el 35% de la fiscalización de la semilla, mientras que en Brasil es el 70% y en los Estados Unidos el 100%, obligando a los productores a comprar semilla fiscalizada todos los años. En Argentina sólo el 20% de la siembre de soja se hace con semilla fiscalizada.
👉 ¿Quiénes pierden sin una ley de semillas actualizada?
TODOS, no solamente la Región Pampeana. Sin una ley de semillas, no se producen las variedades de legumbres que son requeridas por el mercado externo y que países como Canadá sí ofrecen. Las variedades de maní más modernas no se siembran (la utilizada acá fue originada hace 15 años). Tampoco se avanza en la producción frutal de la mayoría de las regiones productoras, ni en las hortalizas ni en el algodón.
Sin una ley de semillas pierden todos los productores (pampeanos y extra pampeanos). Aquellos que se dedican a la producción extensiva, intensiva e industrial. Cuando pierden los productores, también se resiente la economía de todos los sectores asociados a la misma, en donde se perjudican los trabajadores, la población rural en su conjunto, el INTA, las universidades y los institutos de investigación de todo el país.
💪 Trabajemos en una Ley de Semillas que nos permita planificar, ordenar nuestra producción y avanzar en la incorporación de tecnología que posicione nuestro conocimiento reconociendo a quienes lo obtienen y a quienes lo producen.
¡Por una Ley de Semillas! 🙌🌿
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