
Cada amparo es una confesión de los privilegios que se buscan proteger.
Y cada amparo es también un desamparo para los argentinos que queremos prosperar y vivir en paz.
Vivir en paz en un país abierto que recupere la movilidad social, y en el que no tengamos ya más la vergüenza de 7 cada 10 diez de nuestros niños pobres.
Un país en el que se pueda invertir con entusiasmo y certeza, para crear desde emprendimientos pequeños y medianos hasta grandes y enormes empresas, generadores del indispensable trabajo.
Un país abierto al mundo, productivo y competitivo en el que generemos crecimiento, desarrollo y riqueza para combatir esta pobreza intolerable.
La gran virtud del DNU y de la ley ómnibus es comunicacional.
Eleva la vara del debate público
Nunca tantos ciudadanos comunes se informaron y debatieron sobre temas que desconocían y en los que jamas habían profundizado.
El DNU y la ley ómnibus presentan los problemas de nuestra Argentina todos juntos, como un sistema. Ponen el foco sobre ellos, y también sobre nuestros legisladores acostumbrados a “rosquear” entre gallos y medianoche.
Hay que tomarse el trabajo de leer el DNU, la ley ómnibus y también cada amparo.
Leer no solo el texto sino también el subtexto.
Seguir los debates en el Congreso.
Preguntarnos, preguntar e informarnos.
Es la tarea más importante que hoy tenemos los Ciudadanos.
Se descubrirá, en el mejor escenario: privilegios, protecciones y subsidios.
En el peor: prebendas y corrupción.
“A confesión de partes relevo de pruebas”.
Y antes que a alguien se les ocurra decir que somos “oficialistas”, no pierdan el tiempo; ya nos pusieron todas y cada una de las etiquetas posibles; de un lado, del otro y también del otro.
Plan País Argentina es lo que es y lo que dice que es: un espacio ciudadano suprapartidario.
Trabajamos por el desarrollo económico federal y sostenible de nuestro país y por la transformación cultural que lo sustente y lo mantenga, a través de políticas de Estado que trasciendan a todo gobierno de turno.
¿A este?. Sí, también.
Plan País Argentina: Del sueño a los hechos
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No somos un partido político ni pretendemos serlo