“Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe…” (o sobre los peligros de la reincidencia)
🖋 Forma metafórica que hace alusión a los límites de la paciencia y a la frontera que suele separar de improviso la rutina del día a día y la súbita ruptura de lo inesperado. El cántaro se quiebra, de la misma manera que la paciencia se agota.
La política es un instrumento para mejorar la realidad. Para la construcción de un mundo mejor, de un país mejor.
😤 Cuando ello no sucede, y la insatisfacción Ciudadana (con su energía de enorme potencia), no consigue ser canalizada en propuestas (que a la vez sean escuchadas), se desborda. La paciencia se acaba y las consecuencias se hacen impredecibles.
Latinoamérica es un espejo que adelanta. Chile. Perú. Colombia.
Difícil retornar cuando se han cruzado los límites.
Difícil reencauzar lo desbordado.
Difícil reparar lo roto.
“Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe…” (sobre todo si quien lo lleva es torpe y miope, decían las abuelas).
📞 Teléfono para nuestra política partidaria, oficialismo y oposición, que sigue ocupada en sus nimiedades.
Estamos a tiempo.
Para canalizar nuestra energía: “propuestar” y no solo protestar, sumate a:
#YoQuierounPlanparaMiPaís
#PropuestarProtestar
#RenovacióndelaPolítica
#IdeasAcciónImpacto
🎨 Obra:
Tanto va el cántaro a la fuente…
Hacia 1895. Óleo sobre lienzo, 155 x 323 cm
HIDALGO DE CAVIEDES, RAFAEL
Quesada, Jaén, 1864 – Madrid 1950
Pintor y restaurador español
Fuente: Museo Nacional del Prado