¿Sostenible o insostenible?
Esa es la cuestión.
No podemos cortar la rama en la que estamos sentados.
No podemos quemar las puertas y ventanas para calentarnos.
No podemos vivir del capital y no de los intereses.
No podemos robarle el futuro a los que están por venir.
Con todo lo que pensamos, hacemos y decimos, podemos crear valor o destruirlo.
Los argentinos nos hemos dedicado durante décadas a desmoronarnos. Sin crecer, sin desarrollarnos.
Vivimos entrampados en narrativas vacías que alimentan esa realidad decadente.
Desarrollo « o » ambiente es una falacia, una falsa dicotomía , otra más (y van…) de las que se usan para dividirnos, rivalizar, generar conflicto.
Hoy, el desarrollo se despliega sustentable y sosteniblemente. Es impacto. Es valor integral: social, ambiental, económico y público.
Argentina tiene enormes recursos, naturales y humanos para innovar y ser una Nación próspera; sin embargo gracias a nuestra falta de estrategia somos cada día más pobres.
El 60% de nuestros niños que viven por debajo del índice de pobreza nos interpelan; así como el derrumbe y la falta de movilidad social de nuestra sociedad toda.
Unámonos y transformemos esta realidad.
Así como en el 82 los argentinos acordamos mantener nuestra democracia, pongámonos de acuerdo ahora en propugnar y sostener un Plan de desarrollo y crecimiento federal.
Sentar bases perdurables para nuestro progreso es la tarea de nuestra generación.
Del sueño a los hechos.
De nosotros depende.
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