Es un error considerar el resultado de las PASO como un “Cisne negro”.Toda elección no es ni más ni menos que la expresión de la ciudadanía, una ciudadanía que en este caso se hartó. Un hartazgo que no supieron anticipar las “colisiones” oficialista y opositora (*1), muy preocupados en mirar sus propios ombligos. Sin una estrategia conjunta, se concentraron en intercambiar artillería pesada, mientras surgía un contendiente que supo leer a una sociedad acorralada.
El candidato triunfante empatizó en todo el espectro socio-económico entre otras cosas, porque “está tan enojado como yo”, se escuchó de manera recurrente. Cautivó, y cautiva aún más cuando dice que le devolverá el poder a los ciudadanos.
Lo llamativo es que ofrece una obviedad porque el poder reside en la ciudadanía (*2). Los políticos y sus funcionarios son solo sus representantes, pero como hace rato se olvidaron, el candidato triunfante lo explicita. Otro logro. Porque la gente está votando en contra de los políticos y de sus formas.
Por otra parte, en estas PASO también se comprobaron varias cosas:
- Que se puede ganar diciendo lo que se va a hacer.
- Que las encuestas ya no sirven como elementos de análisis predictivo.
- Que los ciudadanos rechazan los aparatos políticos y su obscena disponibilidad de fondos, por lo que los candidatos de recursos más modestos se ven beneficiados.
- Que la sociedad argentina, en un porcentaje muy elevado, también rechaza el proyecto propuesto las últimas décadas con el protagonismo de un estado ineficaz y dispendioso al que que se intenta mostrar como presente y solidario. El Estado es hoy percibido como una carga, que no solo no resuelve los problemas y las necesidades de la gente, sino que complica, impide y empobrece.
A la vez, si bien se habla mucho de derechos, los argentinos tenemos muy claro que el mayor derecho que se nos ha quitado es el de trabajar en paz y prosperar.
Mafalda, Miguelito y sus familias hoy serían pobres.
Frente a este estado de cosas la política “tradicional” y todas sus corporaciones asociadas son los aturdidos por el resultado de las PASO, a la que definen como “Cisne negro”… mientras hacen números.
Números nada fáciles de hacer porque es la primera vez que las PASO no han funcionado como una primera vuelta, y porque esta no es una elección de 3 tercios sino de 4 cuartos: 14 millones de los 35 millones de ciudadanos habilitados para votar no votaron, votaron en blanco o impugnaron su voto.
Por todo esto sería deseable que en este último tramo hacia las generales los candidatos dejen las chicanas de lado, ya no subestimen a la ciudadanía y comuniquen con claridad sus ideas, su programa de gobierno y presenten a todo su equipo.
Subir la vara de la conversación pública.
De eso se trata. Para respetar y ser respetados.
Porque gane quien gane, los ciudadanos seguiremos exigiendo ir en busca de un horizonte de futuro, para lo que, entre otras cosas, será necesario que nuestros representantes en el Congreso trabajen, lleguen a principios de mínimo consenso (por sobre intereses particulares, mezquinos y corporativos) y legislen leyes de valor que apuntalen políticas de Estado que transformen la realidad y establezcan el rumbo que nos permita salir de nuestra decadencia.
Si algún “Cisne negro” hay, es un profundo cambio de época.
Un fin del juego.
El rey está desnudo.(*3)
Sepan los candidatos proponer y los argentinos votar.
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(1) https://www.planpaisargentina.org/oficialismo-y-oposicioncoaliciones-o-colisiones/
(2) https://www.planpaisargentina.org/del-poder/
(*3) https://www.planpaisargentina.org/el-rey-esta-desnudo-2/
https://www.planpaisargentina.org/fijar-la-agenda/
https://www.planpaisargentina.org/el-rey-esta-desnudo/